Sabalero: bohemia de cantor
Un boliche de Amsterdam en un barrio
popular, las tres de la madrugada, vasos de cerveza rubia, humo de cigarrillos
y esa jerga semiincomprensible de la que sólo nos queda grabado el daag y el doeg.
-¿Por
qué y cuándo te fuiste de Uruguay?
- Me fui el año 70. Me fui a
Argentina. Fue al comienzo de la formación del Frente Amplio, se empezaron a
definir por entonces campos en el trabajo, que era cada día más limitado. En
esa época se dio una verdadera división entre derecha e izquierda y me era
imposible seguir trabajando en el teatro porque nadie quería contratar a gente
como yo. Hasta ese momentote contrataban, pero a partir de ahí, no. En
Argentina trabajé bastante en el interior, sobre todo al principio, hice
televisión. Después viene el período electoral, Cámpora, ahí trabajé y después
me fui con un contrato de trabajo a
España cuando llega más o menos Perón.
-
¿Dónde tuviste mayor repercusión, en Uruguay en Argentina?
-
Tuve, creo, mayor repercusión en Uruguay.
-
¿Qué pasó después en España?
- Después de España se echaron en el
75 por unos recitales en la época de Franco, me detuvieron y a los cuatro días
me pusieron en la frontera. Uruguay no me daba documentos, en Argentina ya no
estaba bien la cosa y me refugié entonces en Francia.
Lindo
haberlo vivido para poderlo contar
El Sabalero viene de cantar en un acto de
solidaridad con el pueblo de Nicaragua. El Sabalero canta Nicaragua, por Chile,
por Argentina y, por supuesto, canta por Uruguay: todo el canto latinoamericano
en su voz.
Otra ronda de
cerveza y un cigarrillo negro, por favor…
-
¿Cómo te las arreglaste en Francia? ¿Cantabas?
- Pasé
momentos muy jodidos por la lengua, trabajé en muchas cosas, en cuero y eso
hasta que fui entrando en la cuestión y ahora ando por todos lados cantando
como antes.
-
¿Cuándo empezaste a
cantar?
- En el 66 empecé a cantar en Colonia, mejor
dicho, en mi pueblo, Juan Lacaza, que es un pueblo de Colonia. Ya tenía mis
temas entonces.
-
¿Cuál tema es el que más te gusta?
- Eso es difícil. Chiquillada es el tema que más éxito tuvo. A mí me gustan las cosas
que me hacen acordar a mi gente como Villa
Pancha.
-
¿Qué significa el candombe para vos?
- El candombe es esencialmente montevideano,
¿no? Pero hay mucha relación entre el candombe candombre, el de los negros, los
negros de Montevideo, los negros del Carnaval montevideano -no sé si ahora sigue existiendo el Carnaval
como era entonces-. Nosotros tenemos una población negra bastante importante.
Además tenemos no sólo en el candombre la música africana, sino que en muchos
ritmos encontramos cosas de la música negra. Pero además hemos tenido una
juventud, esa juventud de los bailes populares, la que iba a los bailes
canyengues, esos que hemos tenido formación popular de murga, de la música del
Caribe, que bailábamos tango o cumbia con Los Wawancó. Ahora se nota que hay
una generación nueva que ha mamado la música negra a través de lo popular.
Bueno, vos me preguntabas qué significaba, ¿no? Para mí significaba el medio de
poder volcar toda esa formación popular de música afroamericana en el candombe.
“…
que el tamboril se olvida y la miseria, no!”
El cineasta Jan van Vuure -premiado recientemente en Alemania por su
film sobre la infancia bilingüe- le
alcanza unos Gauloises.
-
¡Gracias, hermano!
mientras pita.
En mesa se pierden las
conversaciones entre una productora de Ikon, refugiados uruguayos y argentinos
e incluso dos nenitos desvelados que se duermen en sus brazos y escandalizan a
los habitués.
-
¿Te considerá un
cantor político o de protesta?
-
Mis personajes son
personajes de mi pueblo, todos esos tipos salen, viven. Siempre intenté lograr
unir lo popular con lo político. Chiquillada es una niñez que está sola, aunque
la música sea alegra. Yo milité con el canto. Luché con mi canto y traté de mostrar
lo que pasa en mi pueblo.
-
¿Qué sucede
actualmente en Uruguay?
-
En Uruguay hay una
gran dictadura y una gran represión como en otros países, como en Argentina o
en Chile, pero yo creo que los pueblos siempre encuentran el camino para
liberarse y mi pueblo está en esa búsqueda.
-
¿Cuál es a tu
criterio la mejor manera de hacer solidaridad desde Europa?
-
La mejora manera de
solidarizarse con nuestros pueblos es teniendo una actitud de denuncia diaria,
regular, consecuente y coherente con una actitud persona y pública sensata.
Pero, ¡ojo!, no sólo hay que denunciar los crímenes de los militares, sino
también mostrarle al mundo la lucha y la resistencia de nuestros pueblos: eso
es lo que trato de hacer yo con lo que canto.
“… mi bohemia de cantor barato…”
Hay
mucho ruido, la gene que entra y que no entiende nada al ver a un grupo tan
grande y extraño en ese antro. El Sabalero vive en Paris, trata de mantenerse
con su canto, pero su mujer trabaja de costurera, de modista y tienen una hija.
-
¿Ves ése que está
ahí? Ése es oriental como yo y me lo vengo a
encontrar en Bélgica, después de
años, un loco lindo, un amigazo.
Sigue
el ruido.
-¿Te
gusta el tango?
-
¡Tango! En los bailes de tango andaba yo cuando era mocoso. Sabes qué pasa que
en Colonia se escuchaban las radios de Argentina y yo escuchaba todo el día
tango y también los radioteatros famosos de Radio Argentina,
de Adalberto Campos. No existía la televisión, los valses y los tangos los
cantaba todo el mundo. Mi viejo era tanguero y mi tío tocaba en la guitarra Mi mocosita como los dioses.
-
¿Cuándo empezaste a tocar guitarra y a cantar?
- Yo empecé a escribir antes de
tocar la guitarra, yo iba al Liceo nocturno, trabajaba, iba a la Politécnica y
ahí escribía canciones. Y entonces empecé a hacer tres tonos y hacía canciones.
Y entonces empecé a hacer tres tonos y hacía canciones. Teníamos un amigo que
le decíamos Arandela que trabajaba en
la fábrica, ése me enseñó un tiempo. Otro amigo que trabajó conmigo mucho
tiempo fue Roberto Cabrera, Guitarrón,
me enseñó mucho. Para mí la guitarra dentro de lo que yo hago no me preocupa
tanto como el poder decir cosas. Un compositor uruguayo muy importante, Aníbal
Zampayo, un compañero que está preso desde 1972 y tiene una pila de años.
- Ya que empezaste primero a
escribir, ¿qué escritores te interesan?
- Bueno, todos creo, partimos de
Bécquer. Después vinieron otros. Pero ahí, en la adolescencia, todos empezamos
con Bécquer. Me gusta Brecht y también Miguel Hernández y ya que estamos
también te voy a decir que me gusta Mario Betancourt, un poeta de mi pueblo. Me
gusta mucho Juan Gelman por un poema que dice: “Soy de un país donde a Carlos Molina, payador, oriental, lo metieron
preso…” Resulta que Carlos Molina [1927-1998] estaba en cana en Argentina y
Gelman lo nombra en ese poema y no lo conocía. Después hicimos con Molina un
espectáculo en el Payró y había un
diario, La opinión, que hacía buenas críticas y nos levantaba bastante. No
sabíamos que allí estaba Gelman. Un día se apareció por el teatro y allí recién
se conocieron, en el Payró.
Mañana se va a cantar a un refugio
que está cerca de la frontera y después a Suiza. Todos actos de solidaridad.
Charlamos de nuevas canciones, de otros, Los Olimareños, de la canción como
bandera, de este medio tan distinto…
Se
toma una última ronda.*
®©Ana Sebastián, 1978.
Especial para Sudestada, Año I, Nº 1, Amsterdam,
Países Bajos, 1978 cuya dirección estaba a cargo de Luis Labraña y Carlos Ossa.
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