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lunes, 27 de noviembre de 2017

EL SABALERO - REPORTAJE SUDESTADA AMSTERDAM 1978



Sabalero: bohemia de cantor
            






        Un boliche de Amsterdam en un barrio popular, las tres de la madrugada, vasos de cerveza rubia, humo de cigarrillos y esa jerga semiincomprensible de la que sólo nos queda grabado el daag y el doeg.
            -¿Por qué y cuándo te fuiste de Uruguay?
            - Me fui el año 70. Me fui a Argentina. Fue al comienzo de la formación del Frente Amplio, se empezaron a definir por entonces campos en el trabajo, que era cada día más limitado. En esa época se dio una verdadera división entre derecha e izquierda y me era imposible seguir trabajando en el teatro porque nadie quería contratar a gente como yo. Hasta ese momentote contrataban, pero a partir de ahí, no. En Argentina trabajé bastante en el interior, sobre todo al principio, hice televisión. Después viene el período electoral, Cámpora, ahí trabajé y después me fui con  un contrato de trabajo a España cuando llega más o menos Perón.
            - ¿Dónde tuviste mayor repercusión, en Uruguay en Argentina?
            - Tuve, creo, mayor repercusión en Uruguay.
            - ¿Qué pasó después en España?
            - Después de España se echaron en el 75 por unos recitales en la época de Franco, me detuvieron y a los cuatro días me pusieron en la frontera. Uruguay no me daba documentos, en Argentina ya no estaba bien la cosa y me refugié entonces en Francia.

            Lindo haberlo vivido para poderlo contar
            El Sabalero viene de cantar en un acto de solidaridad con el pueblo de Nicaragua. El Sabalero canta Nicaragua, por Chile, por Argentina y, por supuesto, canta por Uruguay: todo el canto latinoamericano en su voz.
            Otra ronda de cerveza y un cigarrillo negro, por favor…
-         ¿Cómo te las arreglaste en Francia? ¿Cantabas?
- Pasé momentos muy jodidos por la lengua, trabajé en muchas cosas, en cuero y eso hasta que fui entrando en la cuestión y ahora ando por todos lados cantando como antes.
-  ¿Cuándo empezaste a cantar?
-  En el 66 empecé a cantar en Colonia, mejor dicho, en mi pueblo, Juan Lacaza, que es un pueblo de Colonia. Ya tenía mis temas entonces.
- ¿Cuál tema es el que más te gusta?
-  Eso es difícil. Chiquillada es el tema que más éxito tuvo. A mí me gustan las cosas que me hacen acordar a mi gente como Villa Pancha.
- ¿Qué significa el candombe para vos?
-  El candombe es esencialmente montevideano, ¿no? Pero hay mucha relación entre el candombe candombre, el de los negros, los negros de Montevideo, los negros del Carnaval montevideano  -no sé si ahora sigue existiendo el Carnaval como era entonces-. Nosotros tenemos una población negra bastante importante. Además tenemos no sólo en el candombre la música africana, sino que en muchos ritmos encontramos cosas de la música negra. Pero además hemos tenido una juventud, esa juventud de los bailes populares, la que iba a los bailes canyengues, esos que hemos tenido formación popular de murga, de la música del Caribe, que bailábamos tango o cumbia con Los Wawancó. Ahora se nota que hay una generación nueva que ha mamado la música negra a través de lo popular. Bueno, vos me preguntabas qué significaba, ¿no? Para mí significaba el medio de poder volcar toda esa formación popular de música afroamericana en el candombe.

            “… que el tamboril se olvida y la miseria, no!”
            El cineasta Jan van Vuure  -premiado recientemente en Alemania por su film sobre la infancia bilingüe-  le alcanza unos Gauloises.
-                    ¡Gracias, hermano! mientras pita.
            En mesa se pierden las conversaciones entre una productora de Ikon, refugiados uruguayos y argentinos e incluso dos nenitos desvelados que se duermen en sus brazos y escandalizan a los habitués.
-                    ¿Te considerá un cantor político o de protesta?
-                    Mis personajes son personajes de mi pueblo, todos esos tipos salen, viven. Siempre intenté lograr unir lo popular con lo político. Chiquillada es una niñez que está sola, aunque la música sea alegra. Yo milité con el canto. Luché con mi canto y traté de mostrar lo que pasa en mi pueblo.
-                    ¿Qué sucede actualmente en Uruguay?
-                    En Uruguay hay una gran dictadura y una gran represión como en otros países, como en Argentina o en Chile, pero yo creo que los pueblos siempre encuentran el camino para liberarse y mi pueblo está en esa búsqueda.
-                    ¿Cuál es a tu criterio la mejor manera de hacer solidaridad desde Europa?
-                    La mejora manera de solidarizarse con nuestros pueblos es teniendo una actitud de denuncia diaria, regular, consecuente y coherente con una actitud persona y pública sensata. Pero, ¡ojo!, no sólo hay que denunciar los crímenes de los militares, sino también mostrarle al mundo la lucha y la resistencia de nuestros pueblos: eso es lo que trato de hacer yo con lo que canto.

            “… mi bohemia de cantor barato…”
            Hay mucho ruido, la gene que entra y que no entiende nada al ver a un grupo tan grande y extraño en ese antro. El Sabalero vive en Paris, trata de mantenerse con su canto, pero su mujer trabaja de costurera, de modista y tienen una hija.
- ¿Ves ése que está ahí? Ése es oriental como yo y me lo vengo a
encontrar en Bélgica, después de años, un loco lindo, un amigazo.
            Sigue el ruido.


            -¿Te gusta el tango?
            - ¡Tango! En los bailes de tango andaba yo cuando era mocoso. Sabes qué pasa que en Colonia se escuchaban las radios de Argentina y yo escuchaba todo el día tango y también los radioteatros famosos de Radio Argentina, de Adalberto Campos. No existía la televisión, los valses y los tangos los cantaba todo el mundo. Mi viejo era tanguero y mi tío tocaba en la guitarra Mi mocosita como los dioses.
            - ¿Cuándo empezaste a tocar guitarra y a cantar?
            - Yo empecé a escribir antes de tocar la guitarra, yo iba al Liceo nocturno, trabajaba, iba a la Politécnica y ahí escribía canciones. Y entonces empecé a hacer tres tonos y hacía canciones. Y entonces empecé a hacer tres tonos y hacía canciones. Teníamos un amigo que le decíamos Arandela que trabajaba en la fábrica, ése me enseñó un tiempo. Otro amigo que trabajó conmigo mucho tiempo fue Roberto Cabrera, Guitarrón, me enseñó mucho. Para mí la guitarra dentro de lo que yo hago no me preocupa tanto como el poder decir cosas. Un compositor uruguayo muy importante, Aníbal Zampayo, un compañero que está preso desde 1972 y tiene una pila de años.
            - Ya que empezaste primero a escribir, ¿qué escritores te interesan?
            - Bueno, todos creo, partimos de Bécquer. Después vinieron otros. Pero ahí, en la adolescencia, todos empezamos con Bécquer. Me gusta Brecht y también Miguel Hernández y ya que estamos también te voy a decir que me gusta Mario Betancourt, un poeta de mi pueblo. Me gusta mucho Juan Gelman por un poema que dice: “Soy de un país donde a Carlos Molina, payador, oriental, lo metieron preso…” Resulta que Carlos Molina [1927-1998] estaba en cana en Argentina y Gelman lo nombra en ese poema y no lo conocía. Después hicimos con Molina un espectáculo en el Payró y había un diario, La opinión, que hacía buenas críticas y nos levantaba bastante. No sabíamos que allí estaba Gelman. Un día se apareció por el teatro y allí recién se conocieron, en el Payró

             







Mañana se va a cantar a un refugio que está cerca de la frontera y después a Suiza. Todos actos de solidaridad. Charlamos de nuevas canciones, de otros, Los Olimareños, de la canción como bandera, de este medio tan distinto…
            Se toma una última ronda.*  


®©Ana Sebastián, 1978.
Especial para Sudestada, Año I, Nº 1, Amsterdam, Países Bajos, 1978 cuya dirección estaba a cargo de Luis Labraña y Carlos Ossa.