POETAS DE BUENOS AIRES
HORACIO PILAR
FOTOS DE FAMILIA...
1949.
Fotos típicas del fin del medio siglo…
El barrio, Villa Devoto…
La casa de la calle Nueva York…
La casa de Los Serantes - Pilar.
La casa de mi abuela Enriqueta adonde venía toda la familia. Los Pilar eran doce hermanos. También en Devoto vivía su hermana Obdulia. En la calle Asunción subsiste la casa, ahora reciclada. Al lado, su hermano, Francisco –Franco- Pilar con su mujer, Isabel, ambos farmacéuticos, y sus hijos: Guillermo, el mayor, notable científico, Mario, que siguió el oficio de sus padres y estudió Farmacia, y Horacio. Las casas fueron construidas por Fernando Pilar, el ingeniero ferroviario.
Isabel, mi tía abuela y la madre de Horacio, era una de las primeras Doctoras egresada de la Facultad de Farmacia y Bioquímica. Acuariana, de temple, anfitriona excepcional, empezaba a distribuir mesas en toda la planta baja de la casa, incluso en los pasillos, para recibir al familión entero.
Horacio venía de una familia en que ya muchos, para ese entonces, eran egresados de la UBA. Otros, ligados a la Imprenta Serantes Hermanos que, entre sus blasones ostenta el haber editado en 1923 la primera edición de Fervor de Buenos Aires de Jorge Luis Borges.
Eran épocas de celebraciones…
Aniversarios, cumpleaños, fechas patrias, Navidades, Fines de Año -los 31 el tío Fernando era el encargado de traer las cañitas voladoras y el resto de la pirotecnia y organizar las exhibiciones-, Años Nuevo, domingos de Pascua… Seguro alguna fecha de la Península al son de la gaita…
Los festejos en familia como correspondía.
Enriqueta Pilar de Serantes, mi abuela y tía de Horacio Pilar era la anfitriona a menudo.
El níspero… A su amparo, el abuelo Paco, su lado la prima
de Horacio, su madre, Isabel y
Horacio todavía adolescente…
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El escándalo de la familia: Horacio rompió
con la tradición científica de la familia y se fue a Filosofía y Letras.
Incluso protagonizó una toma de la Facultad y fue preso. Y fue uno de los
fundadores de la Juventud Universitaria Peronista – JUP- cuando el peronismo
era mala palabra a nivel universitario. Mi tía Isabel preparaba las cosas -incluso comida- para llevarle a la Cárcel de Villa Devoto.
Cuando, después del golpe, se tuvo
que ir del país, vivió en San Pablo. En 1981 yo quise ir a verlo… Era una
necesidad… Algo me obligaba a tener que visitarlo...
Me llevó a almorzar a un
restaurant árabe… Horacio escribía entonces para la revista Veja. Me hizo un regalo: un extenso
artículo sobre "El sincretismo de Carlos Menem".
Además de escribir, junto con Mirta, su
mujer, hacían adornos para escritorios… Una rareza…
A su vuelta, Jorge Rachid lo llevó a
la Secretaría de Medios… Y ahí me viene la imagen de él sentado en el colectivo
24 arrancando en Villa del Parque hacia el centro… Y a veces reunidos en algún
café del barrio de Montserrat divagando sobre la realidad, el futuro, el
contexto mundial, los imperialismos… Tantas cosas…
En la Imprenta Serantes se editaron
sus primeros libros de poemas bajo el sello de Ediciones Manos.
Tengo todavía dos ejemplares: uno, dedicado a
su prima Enriqueta y a su esposo y el otro, a su primo Pancho, en
agradecimiento… Mi padre…
La nostalgia me invade… No sé si es
bueno o malo. Conozco esa frase del francés Víctor Hugo: "La melancolía es la felicidad de estar
triste.”
Creo que la nostalgia también…
Me pongo nostálgico y es temprano
todavía…
Gustavo Pedro Serantes, 2017.