La historia del tango - Origen de la palabra
De Geschiedenis van Tango
1ª edición, Breda - NL De Geus - EPO, 1988 |
2ª ed. Breda NL - De Geus - 2002 |
Advertencia a la edicion
argentina.
Este trabajo fue pensado originalmente
para un público neerlandés y belga que, deslumbrado desde hace unos años por el
tango, redescubierto en Europa,
sólo tiene como marco de referencia teórica las trilladas versiones y mitologías
originadas en Argentina y arraigadas, especialmente en Europa.
Las reflexiones y los datos aquí
expuestos fueron ya parcialmente difundidos en y por distintos medios y forman
parte de nuestra tesis de doctorado sobre la cultura ciudadana en Buenos Aires.
Los
autores.
Amsterdam, junio 1988.
Tango, una historia, Buenos Aires, 1992. |
Introducción
“Pero
arruinao la tallo de potrillo,
cantando
al rantifuso conventillo...
Hay
que salvar, compadre, la busarda!”
Felipe
Fernández -‘Yacaré’ [1889 – 1929]
A
más de ciento veinte años del surgimiento del tango no existe aún una teoría
seria sobre el nacimiento de éste como género musical y mucho menos sobre el
origen del vocablo TANGO.
Se
han escrito cientos de libros sobre esta música rioplatense, la mayoría fueron
producto de acercamientos intelectuales,
es decir, exteriores, acercamientos sin aportes verdaderos,
elaboraciones hechas en base a lecturas sobre historias del tango, basadas en
clichés, en prejuicios, en los conceptos escritos bajo la ideología liberal
dominante en la sociedad argentina.
Los
otros trabajos, los empíricos, en general más fieles a la realidad, carecen del
rigor necesario y se pierden en un enmarañado mundo de relatos populares y
leyendas; lo real es que aún se está á lejos de escribir "la historia del
tango".
En
este libro pretendemos entregarles a los lectores una síntesis de las teorías
más cercanas a la verdadera historia del tango, rompiendo mitos e idioteces
escritas y suscritas a través de las décadas. Y para ello nos avala, no sólo
nuestro conocimiento teórico, tanto de la música como de la cultura del Plata,
sino también nuestra experiencia, lo que en lunfardo denominaríamos
"nuestra cuna arrabalera". Hablamos con la autoridad de quienes se
modelaron con los compases del dos por cuatro, de quienes de chicos en las
fiestas familiares imitaban a un Alberto Castillo o a una Tita Merello,
hablamos con la autoridad de los herederos...
Para
poner las cosas en su lugar comenzaremos con la palabra tango.
Los
primeros cronistas de nuestra música popular buscaron su etimología en
dirección a Europa, sea del español tañir
o una deformación hecha por los colonizadores de la palabra quechua tambo. Otros
adjudican el ingreso del término a la lengua portuguesa que lo habría
reelaborado en sus plantaciones de
esclavos. Pero, coincidentemente, todos los supuestos entendidos del
tema al hablar sobre el mismo miran de soslayo a su magna Europa.
Nosotros,
en cambio, proponemos el origen africano puro del término: la dicción tango es
una deformación fonética del nombre Shángò,
dios negro de las tempestades que come fuego, se viste con relámpagos y habla
con truenos.
«
Shángò es el dueño de los
membranófonos, a tal punto que hay ciertos percusivos, como los batá que, hasta
la hora presente, perviven en Cuba y acaso Trinidad que sólo se tañen para ese
numen temido y temible. En el idioma nagó
de los negros yorubas de Nigeria, el nombre de ese dios se escribe Sàngó. Con respecto a la evolución del
vocablo tango, que, originado en
un término supuestamente agudo, se trocó en grave, subrayemos que la
acentuación de aquella voz, en boca de los africanos de Nigeria, no es
perceptible. Para los oídos occidentales suena como grave, pues las tildes
agudas y graves que lleva la palabra no son, en realidad, tales, sino que
señalan sólo la entonación o curva melódica de la voz. Por lo demás, el sonido
de la s no es como el de la ch francesa o la sh inglesa, en contraposición con lo que suele suponerse. Se
asemeja, más bien, a una s
castellana muy silbada. De manera que el paso de Sàngó a tango se efectuó sin
la más mínima dificultad."1
Ya
en esta Introducción dejamos estipulado que el tango es «cosa de negros». Y de
esos negros que nos marcaron tan profundamente que hoy de blancos sólo tenemos
la piel.
En
este libro no se dicen muchas cosas, algunas por falta de espacio, otras porque
pertenecen a nuestro acervo cultural, tan particular y hermético que no
tendrían traducción posible a otras culturas. Solamente
tratamos, como dijo el poeta Osvaldo Rossler, "de irradiar una fe, de
defender antes que nada una visión del tango" y de sustentar aquello de que, después de un
siglo, el tango, como género musical, sigue siendo el corazón del Plata.
2ª edición, Buenos Aires, 2005. |
Esta Introducción fue escrita por el Drs. Luis Labraña.
NOTAS
1.
Ortiz
Oderigo, Néstor: Aspectos de la cultura africana
en el Río de la Plata, Buenos Aires, 1974, p.71.
2.
Rossler,
Osvaldo: Buenos Aires dos por cuatro,
Buenos Aires, 1967, p.10.
®©Luis
Labraña & Ana Sebastián, Amsterdam, 1988.
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