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domingo, 11 de mayo de 2014

¿TENEMOS UN HIMNO TODAVÍA?


"¡Libertad... libertad... libertad!"
Hoy en día casi nadie se acuerda de que el 11 de mayo es el día del Himno Nacional Argentino.
       Siguiendo las instrucciones del Primer Triunvirato, que había primero encomendado a Fray Cayetano Rodríguez la composición de un himno patriótico para ser usado en actos públicos y oficiales con el fin de “inflamar al pueblo y regenerar su espíritu”, finalmente la Asamblea General Constituyente del Año XIII le encargó la tarea de componer la música para los versos de Vicente López y Planes a Blas Parera,  músico murciano que vivía en en estas tierras.

La obra fue aprobada por aprobada por Decreto Nº 10.302 el 11 de mayo de 1813 por la Asamblea como Canción única de las Provincias Unidas del Río de la Plata que debería ser cantada en forma obligatoria en todos los actos públicos. Luego se la conoció como Canción de Mayo y también como Marcha patriótica.

Se cuenta que el porteño Vicente López y Planes (Buenos Aires, 3 mayo 1875 - + 10 octubre de 1856), escritor, abogado y político había ido a la Casa de la Comedia el 24 de mayo de 1812 a ver la obra El 25 de mayo de Blas Parera, referida a la Revolución de Mayo de 1810, que terminaba con un himno cantado por los actores. Una vez en su casa, con la pasión  patriótica encendida y latente,  Vicente López escribió la primera estrofa que reemplazaba las de Morante que había escrito el texto de la canción de la obra. Vicente López habría escrito el resto en la casa de Esteban de Luca en un estilo neoclásico típico de la épica de esos tiempos. Hay poca información sobre las circunstancias. Lo que se sabe es que de hecho el trabajo de Vicente López y Planes fue ad  honorem  y que Blas Parera cobró no sólo por su música sino también por los ensayos.
Vicente López y Planes
 Blas Parera Moret
[Murcia, 3 febr. 1776 -  Mataró, 7 enero 1840]

 

 
 
 
 
 
 
El 14 de mayo la Marcha Patriótica se presentó en sociedad en la casa de Mariquita Sánchez de Thompson [María Josepha Petrona de Todos los Santos Sánchez de Velasco y Trillo, Buenos Aires, 1 noviembre de 1786 - + 23 octubre 1868). Una de las versiones dice que sólo lo cantó ella y otra que fue cantado por todos los presentes.

 
El 28 de mayo fue cantada en el teatro durante un acto patrio.
        En 1847 fue denominado Himno Nacional Argentino.

La obra original cambió y tuvo distintos arreglos musicales. En 1860 Juan Pedro Esnaola realizó algunos cambios a la música basándose en anotaciones manuscritas del compositor con una versión orquestada.



El 30 de marzo de 1900, durante la segunda presidencia de Julio Argentino Roca, se decretó que en las celebraciones  oficiales o públicas, en los centros educativos estatales sólo se cantaría la primera y la última cuarteta y el coro de la canción sancionada por la Asamblea General del 11 de mayo de 1813.
        El 25 de septiembre de 1928 el Poder Ejecutivo estableció que la versión del Himno es la que corresponde a la transcripción de Luis Lareta.

Por Decreto del PEN Nº 10.302 del 24 de abril de 1944 esta Marcha fue aprobada como el Himno Nacional Argentino.

La poesía es de la versión original y oficialmente sólo interpretamos la primera cuarteta de la primera estrofa, los últimos cuatro versos de la novena y el coro final.

En los años sesenta – setenta el coro tenía un significado especial para la juventud de entonces que estaba comprometida  -bien o mal, pero hasta jugarse su vida- en cambiar el país y el mundo y el “…o juremos con gloria morir…” era repetido hasta quedar la afonía.

¿Qué pasa que casi nadie nombra y muchas veces cuando se canta el himno que antes era símbolo de solemnidad, ahora puede pasar cualquier cosa aunque algunos caretas se pongan la mano en el pecho del lado del corazón al estilo norteamericano?

¿Será que nuestro Himno Nacional Argentino entró en la sociedad líquida? ¿O será que algunos lo quieren liquidar?

Preguntas… preguntas… preguntas…


Himno Nacional Argentino

Letra: Vicente López y Planes – Música: Blas Parera

I

¡Oíd, mortales!, el grito sagrado:

¡Libertad!, ¡Libertad!, ¡Libertad!

Oíd el ruido de rotas cadenas

ved en trono a la noble igualdad.

Se levanta a la faz de la Tierra

una nueva y gloriosa Nación

coronada su sien de laureles

y a sus plantas rendido un león.

 

II

De los nuevos campeones los rostros

Marte mismo parece animar

la grandeza se anida en sus pechos

a su marcha todo hacen temblar.

Se conmueven del Inca las tumbas

y en sus huesos revive el ardor

lo que ve renovando a sus hijos

de la Patria el antiguo esplendor.

 

III

Pero sierras y muros se sienten

retumbar con horrible fragor

todo el país se conturba por gritos

de venganza, de guerra y furor.

En los fieros tiranos la envidia

escupió su pestífera hiel.

Su estandarte sangriento levantan

provocando a la lid más cruel.

 

IV

¿No los veis sobre Méjico y Quito

arrojarse con saña tenaz,

y cuál lloran bañados en sangre

Potosí, Cochabamba y La Paz?

¿No los veis sobre el triste Caracas

luto y llanto y muerte esparcir?

¿No los veis devorando cual fieras

todo pueblo que logran rendir?

 

V

A vosotros se atreve, argentinos

el orgullo del vil invasor.

Vuestros campos ya pisa contando

tantas glorias hollar vencedor.

Mas los bravos que unidos juraron

su feliz libertad sostener,

a estos tigres sedientos de sangre

fuertes pechos sabrán oponer.

 

VI

El valiente argentino a las armas

corre ardiendo con brío y valor,

el clarín de la guerra, cual trueno,

en los campos del Sud resonó.

Buenos Aires se pone a la frente

de los pueblos de la ínclita Unión,

y con brazos robustos desgarran

al ibérico altivo león.

 

VII

San José, San Lorenzo, Suipacha.

Ambas Piedras, Salta y Tucumán,

la colonia y las mismas murallas

del tirano en la Banda Oriental,

son letreros eternos que dicen:

aquí el brazo argentino triunfó,

aquí el fiero opresor de la Patria

su cerviz orgullosa dobló.

 

VIII

La victoria al guerrero argentino

con sus alas brillantes cubrió,

y azorado a su vista el tirano

con infamia a la fuga se dio;

sus banderas, sus armas se rinden

por trofeos a la Libertad,

y sobre alas de gloria alza el Pueblo

trono digno a su gran Majestad.

 

IX

Desde un polo hasta el otro resuena

de la fama el sonoro clarín,

y de América el nombre enseñando

les repite: ¡Mortales, oíd!

Ya su trono dignísimo abrieron

las Provincias Unidas del Sud!

Y los libres del mundo responden:

¡Al gran Pueblo Argentino, salud!

 

CORO

Sean eternos los laureles

que supimos conseguir…

Coronados de gloria vivamos,

o juremos con gloria morir.

 
Originalmente el estribillo se cantaba al final de cada estrofa.
 
 
 



 

















Como este Programa trata de la Lengua y Cultura Metropolitanas y el Himno Nacional Argentino es un producto  -como la Revolución de Mayo que dio el puntapié inicial a la Independencia Nacional-  esencialmente porteño legado a nuestra Patria, nos enorgullecemos de él y de quienes nos dieron esta insignia para la unidad de la Nación Argentina.
 
 


AL GRAN PUEBLO ARGENTINO, SALUD!!!
 
 
 

 

 

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