ENCUENTRO CULTURAL LITERARIO ARGENTINO LIBANÉS III
Palabras de ANA SEBASTIÁN
Buenas noches a todos, a los organizadores de este encuentro que
me convocaron para coordinar esta mesa, a
los participantes, a las autoridades presentes y, por supuesto, al
público.
Me toca un papel un poco difícil porque…
¿qué es coordinar la mesa? Es una especie de potpourri en el que se mezcla en papel de presentador de esta parte
del encuentro, presentador de los expositores, animador – comentador e incluso
de moderador…
Voy a comenzar con algunas palabras generales sobre el Líbano
-que para muchos de nosotros es algo muy lejano- y algunas sobre los libaneses
en Argentina.
Inshal-lá no se aburran. Es corto.
Hay un proverbio árabe que dice:
“El paraíso en la
tierra se encuentra entre los senos de una mujer, sobre el lomo de un caballo,
en las páginas de un libro.”
Y no sólo en las páginas, sino que podemos disfrutar de la
literatura también en forma oral como vamos a hacerlo esta noche y ahora,
gracias a la tecnología, por medio de un libro electrónico. Voy
a hacer una pequeña introducción sobre ese país del que sabemos muy pocas
cosas, un país cuyos orígenes van a tiempos remotos.
Loubnan [> fenicio =
‘montaña blanca’] es el término que indica las cadenas montañosas cubiertas de
nieve eterna. Rodeado al norte y al este por Siria y al sur por Israel, sus
costas occidentales en un momento fueron llamadas “el balcón del Mediterráneo”.
Esas dos cadenas -Libano
y Ante Líbano- y el valle de Bekaa entre las dos, la única planicie y una
franja muy angosta en la costa en donde se encuentran las principalels ciudades
constituyen los 10.452 km² de este pequeño país [menos de la mitad de Tierra
del Fuego, nuestra provincia más chica: 21.263 km² y mucho menos que Tucumán, que
antes era la más chica: 22.524 km²].
Fenicia o ‘país de las palmeras’ se encontraba en esa franja de
Asia Menor de unos 200 km. de largo y 40 km. de ancho en donde se establecieron
justamente los fenicios 3000 años antes de Cristo. Se discute si se consideraban
como una sola etnia. Algunos estudios los indican como procedentes tal vez de
Caldea y supuestamente semitas.
Se organizaron ciudades-estado independientes y sus actividades
estaban dirigidas sobre todo al mar.
Los fenicios fundaron Biblos, su primer puerto, e iniciaron el
comercio con Chipre, Egipto y Creta.
Tuvieron prácticamente el dominio del Mediterráneo hasta el 146
a. C. con tres períodos de florecimiento representados por sus ciudades: Sidón,
que inició un proceso de comercialización y colonización en todo el
Mediterráneo y Medio Oriente, Tiro y Cartago.
Fueron los dueños del mar, excelentes marineros, grandes
colonizadores en África del Norte y en el sur de Europa, comerciantes
emprendedores que pusieron en contacto los materias primas y los productos de
Oriente y Occidente.
Y fueron, según se cuenta, los que comenzaron con el alfabeto
–no la escritura cuneiforme ni jeroglífica ni los pictogramas que se tallaba en
tablas de arcilla húmeda como entre los antiguos sumerios, persas, egipcios-.
Este alfabeto de la escritura abyad o abjad
representaba sonidos o sea fonemas, en ese caso, consonánticos y no ya a los
objetos como en las escrituras anteriores.
De modo que esta escritura fue la antecesora de los alfabetos
hebreo, aramemo, griego y luego latino.
Así que si hoy estamos aquí hablando y presentando a escritores
libaneses es no sólo porque tienen relación con el Líbano sino porque sus
antiguos ancestros pusieron la piedra fundamental de la escritura actual.
Por
eso me atrevo a decir -y tal vez algunos aquí lo podrán confirmar o desmentir-
que los libaneses ven en los fenicios parte de su glorioso pasado.
No me voy a referir a las distintas vicisitudes de dominación
que sufrió este territorio ni voy a entrar en los detalles de una larga guerra
civil dolorosa como cualquier guerra…
Continúa…
®©
Dra. Ana Sebastián
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